El término liquidez, en finanzas, se refiere al tiempo y al coste económico que se necesita para convertir una inversión en efectivo. Muchas veces, los inversores se centran solo en el objetivo a largo plazo, sin tener en cuenta las probabilidades de eventos sin precedentes. Por ello, en tu negocio, es esencial que tengas en cuenta la liquidez y no tener todo tu capital inmovilizado, ya que puedes requerir efectivo urgente en cualquier momento.
La liquidez es el nivel de accesibilidad a tu inversión y determina cuánto tiempo tardarás en poder disponer de estos recursos. El proceso de conversión difiere de un activo a otro. Por ejemplo, en el caso de un fondo de jubilación, no podrás liquidar los fondos sin el papeleo necesario, que puede llevar algún tiempo.
Al planificar tus inversiones, es imperativo tener en cuenta la liquidez para asegurarte de haber respaldado las necesidades tanto a largo como a corto plazo, lo que garantizará que no pondrás en riesgo a la compañía.
Provisión para reservas de efectivo
Independientemente de cuánto inviertas en activos no líquidos, debes tener una parte de tu dinero disponible para acceder al instante. De este modo, gracias a los costes de conversión, podrás mantener intacto el valor de tus fondos. El dinero en efectivo que tengas está reservado para casos de emergencia y ha de reabastecerse de inmediato. Si bien no hay una fórmula mágica para calcular cuánto hay que tener, se sugiere tener al menos tres meses de nuestro salario neto en efectivo.
Un equilibrio de activos líquidos e ilíquidos
Se recomienda tener al menos el 60% de los activos invertidos en activos líquidos: acciones, bonos y fondos mutuos, entre otros. Estos son fondos que se pueden cobrar mensualmente. En el caso de una opción de inversión que cotice en bolsa, deberás asegurarte de invertir con un horizonte a largo plazo para evitar cualquier impacto en el precio. Otro punto a tener en cuenta se refiere a las inversiones privadas, donde una cierta fracción de la inversión se encuentra bajo opciones de fácil redención.
La liquidez juega un papel crucial en el equilibrio de tu cartera en términos de compensación entre riesgo y rendimiento. Si inviertes en fondos de emergencia, tendrás una alta liquidez, pero la rentabilidad será baja, al igual que el riesgo. La inversión inmobiliaria conlleva un riesgo bajo y una mayor rentabilidad, pero la liquidez se ve comprometida. Optar por acciones y fondos mutuos de renta variable, a largo plazo, obtiene mayores rendimientos con liquidez, pero esto va acompañado de mayores riesgos.
Ayuda a acelerar las transacciones
Tener fondos líquidos reduce significativamente el tiempo desde el momento en que pones el activo a la venta hasta el momento en que encuentras un comprador. Las acciones son un buen ejemplo de activos líquidos que pueden negociarse en la bolsa de valores en cualquier día hábil.
Facilita el proceso de venta
Es más fácil encontrar un comprador para un activo líquido que para uno no líquido. Esto no significa que no debas tener fondos del segundo tipo en absoluto, sino que no deberías verte obligado a desprenderte de fondos no líquidos para situaciones de emergencia.
Es un atributo que se pasa por alto en gran medida
El valor de la liquidez está, en ocasiones, subestimado. En la carrera por asegurar el futuro, muchos inversores se olvidan de tomar medidas para eventos imprevistos que puedan ocurrir. No tener esta seguridad puede obligarte a socavar tu planes de inversión a largo plazo, frustrando tu propósito inicial.
Los activos líquidos mantienen su valor
En gran medida, los fondos líquidos logran retener su valor cuando cambian de manos, a diferencia de muchos no líquidos, que pueden perder parte de valor si los conviertes para hacer frente a una emergencia. Así, suele ser habitual pagar una penalización en estos casos.
Por otro lado, cuando vendes tus bienes raíces o propiedades, si obtienes su precio inicial o no, dependerá de las condiciones del mercado. En el otro extremo, cuando accedes a los fondos de tu cuenta de ahorros, no hay pérdida de valor.
Si eres dueño de una pyme, es fundamental entender la importancia de la liquidez para la continuidad de tu negocio.
¿Qué es la gestión de liquidez?
La gestión de la liquidez es una estrategia empresarial que abarca los métodos colectivos para maximizar los recursos de efectivo. En otras palabras, se trata de minimizar su “flujo de salida” y administrar el flujo de efectivo en el negocio (la entrada).
En resumen, se trata de asegurarse de que se mantenga el flujo de caja: los cobros ingresan en el lugar y momentos necesarios para afrontar los gastos. Como resultado, se mantiene la estabilidad financiera.
¿Por qué es importante?
Mantener una estrategia de gestión de liquidez es importante para todas las empresas, pero en especial para las pymes.
Por lo tanto, administrar tu liquidez es fundamental para demostrar la estabilidad financiera de tu negocio, y es una buena práctica ayudar a evitar que tu negocio tenga infracobertoras de liquidez.
La liquidez de una empresa es la disponibilidad de activos líquidos. En otras palabras, se refiere a la facilidad con la que un activo puede convertirse en dinero sin afectar el precio de mercado o el valor actual del activo. El efectivo es el activo más líquido y cualquier cosa tangible se consideraría menos líquida.
Se trata de una medida de la capacidad de una empresa para convertir sus activos en efectivo con el fin de pagar pasivos a corto plazo. Muestra la facilidad con la que una empresa puede convertir sus objetos de valor no monetarios en dinero para poder pagar sus facturas.
Casi todas las empresas tienen pasivos financieros. Ya sea un préstamo, una tarjeta de crédito, facturas de servicios públicos, etc., las empresas son responsables de pagar sus obligaciones financieras. Sin embargo, utilizando sus activos inmediatos, las empresas normalmente pueden cubrir estos pasivos. La liquidez simplemente se refiere a la capacidad de una empresa para convertir sus activos en efectivo para poder pagar sus pasivos a corto plazo.
La liquidez es un concepto clave con el que los propietarios de empresas deben familiarizarse. Revela los pasivos totales a corto plazo. El descuido de monitorizar los pasivos puede resultar en un aumento de la deuda que continúa creciendo debido a los intereses.
El efectivo, generalmente, se considera un activo corriente, pero no se tiene en cuenta al medir la liquidez. En cambio, los activos no monetarios se tienen en cuenta, algunos de los cuales pueden incluir las siguientes categorías:
¿Mirarán los inversores el grado de liquidez al evaluar tu empresa?
Hay varios factores que los inversores considerarán cuando se trata de evaluar tu empresa, entre ellos los ratios de liquidez. Los cuatro factores que revisarán incluyen:
En particular, la liquidez se revisará en el balance en forma de efectivo, ya que los inversores querrán ver si tu empresa tiene suficiente dinero para cubrir los gastos corrientes. Los inversores también tratarán de averiguar si se podría agotar el efectivo pagando obligaciones a corto plazo dentro del mismo año del calendario. Y examinarán los estados financieros para comprender los riesgos inherentes de hacer negocios contigo.
Además, los prestamistas los miran por las mismas razones, ya que necesitan asegurarse de que pueden confiar en tus pagos.
La liquidez puede afectar la capacidad de tu empresa para llevar a cabo sus operaciones o restringir la facilidad con la que puede obtener efectivo. A las empresas con una fuerte liquidez les resultará más fácil obtener efectivo para financiar sus operaciones que a las empresas con poca liquidez. En este sentido, la gestión de tesorería es un ámbito clave que se puede optimizar con soluciones de vanguardia. Solicita una demo gratuita con un miembro de nuestro equipo de expertos y conoce cómo gestionar tu flujo de caja de manera rápida y sencilla.