Endeudarse, como todo en la vida, requiere de balance, timing y estructura. Una falla en cualquiera de estas bases llevará a que la experiencia no sea grata. Los problemas siguiendo la ley de Murphy, surgirán ante cualquier oportunidad. Como no es algo que hacemos todos los días tenemos que apoyarnos en alguien que nos asesore en el proceso y así poder controlar las variables que están en nuestro alcance de manera eficiente.
El balance en la deuda resultará en maximizar la utilidad o perderla.
El timing correcto te hará aprovechar la oportunidad o evitar un problema.
Una mala estructura significará que una parte estará tomando un riesgo que no corresponde a su rendimiento.
Historias de terror vienen a la mente cuando se habla del crédito, sin embargo, éste será necesario y a veces un trámite obligatorio en algún momento de la vida de la empresa.
La deuda se vuelve imprescindible y una herramienta cuando:
Algunas de estas ideas pueden ser contra intuitivas, pero desestimarlas ha causado mucho daño, hasta a las finanzas de las empresas más sólidas de su sector. Recordemos ICA y la pérdida de su balance.
Dicen que un banco solo presta un paraguas cuando no llueve, y a veces puede sentirse así, sin embargo, solicitar y conseguir un crédito es posible en cualquier momento del ciclo financiero, bueno y malo, considerando siempre el balance, timing, y estructura. Por eso lo ideal es apoyarse en una institución que tenga todo el conocimiento para que este proceso sea lo que realmente necesita tu empresa.
La recomendación entonces será, apóyate de quien te ayude a encontrar el balance y la estructura correcta de la deuda que requieres, que te ayuda a cumplir con el timing de la necesidad de financiamiento, y que sepa navegar el universo de opciones que existen en el mercado, no sólo para encontrar la que te ofrezca mejores condiciones, pero también la que se vuelva un socio del crecimiento de tu negocio, y no un futuro obstáculo al crecimiento de tu proyecto.